Dios respondió a Moisés: ‘Yo soy el que soy’.
Éxodo 3:14
Preocupado por lo que contestaría si los hijos de Israel le preguntaran quién lo había enviado, Moisés le pidió al Señor que le dijera cómo habría de identificarlo delante del pueblo. A lo que Dios le contestó: “Y agregó: ‘Así dirás a los israelitas: Yo soy me ha enviado a ustedes’ ” (Éxo. 3:14).
“Yo soy”. Esta es una de las maneras en que Dios se revela a sí mismo en las Escrituras para que lo conozcamos. Respecto a este pasaje, el Comentario bíblico de Andrews comenta que cuando Dios se reveló como “Yo soy”, la frase expresa “Ser” no en el sentido filosófico de existir, sino en el sentido de estar activo. La forma derivada “Yahveh” es el nombre del Dios que se da a conocer a través de un acto: el acto de la redención. Dicho en otras palabras: una de las formas en que principalmente Dios se nos da a conocer es por medio de sus actos.
Dios le estaba diciendo a Moisés: “Yo soy. ¿Y en qué ves que soy? En lo que hago. Mi identidad se manifiesta en mis actos”. ¿Cuáles fueron esos actos? En el Antiguo Testamento, Dios se dio a conocer a través de sus actos de redención, liberación, perdón y reconciliación. En el Nuevo Testamento, Dios se nos dio a conocer en Jesús.
Jesús usó la expresión “Yo soy” referida a sí mismo. No la usó como mera metáfora, sino que sus actos reflejaban esas identificaciones que hizo de sí. Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida”, y alimentó a las multitudes. Jesús dijo: “Yo soy la resurrección”, y literalmente resucitó muertos. Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor, el buen pastor da su vida por sus ovejas”, y entregó su vida por nosotros.
Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo”, y con su manera de vivir iluminó cómo debe ser la vida del creyente. Jesús dijo: “Yo soy la puerta”, y nos guio con sus palabras y su ejemplo a donde debemos entrar. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, y desenmascaró la mentira, señaló cómo se va a Dios, y con eso garantizó una vida más allá de esta vida. Jesús dijo: “Yo soy la vid verdadera, he venido a enseñarles a que se injerten en mí para que lleven fruto”.
El gran Yo soy actúa constantemente en tu vida. Lo que él es se manifiesta en lo que él hace. Una de las cosas que hace es invitarte a contemplar quién es él y la salvación que te ofrece.