Categories

Archivos

Eres una obra maestra

¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!

Salmo 139:14

El amor propio no siempre es fácil de encontrar, especialmente en un mundo que constantemente nos bombardea con imágenes y mensajes sobre cómo deberíamos ser o actuar. Pero el Salmo 139:14 nos ofrece un recordatorio poderoso y liberador: «¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!». No dice simplemente «buena» o «suficiente», sino «admirable». Y no es por algo que hayamos hecho, sino por cómo Dios nos ha creado. Es un reconocimiento de que, a los ojos del Creador, ¡somos obras de arte!

¿Tú lo crees? ¿Vives cada día sabiendo que eres una obra maestra? La vida puede hacernos sentir como un boceto inacabado o una pintura malograda. Pero incluso en nuestros peores días, en esos momentos en los que nos sentimos rotos, imperfectos o incompletos, seguimos siendo maravillosos a los ojos de Dios.

El amor propio comienza con aceptar esta verdad, ver más allá de las imperfecciones y reconocer la singularidad y el valor que cada uno de nosotros aporta al mundo. Cada sonrisa, cada talento, cada peculiaridad es una pincelada de la divinidad. ¡Y tu valor no disminuye por las críticas o las opiniones de los demás!

¿Pero cómo aplicamos esto en nuestro día a día? Empieza mirándote en el espejo cada mañana y recuérdate: ¡Soy una creación admirable! Toma decisiones que reflejen el amor y el respeto que te debes a ti mismo. Rodéate de personas que te vean y te amen por la obra maestra que eres. Amarse a sí mismo es también un acto de fe. Es confiar en que, a pesar de lo que sintamos o de lo que digan los demás, hay un Creador que nos diseñó con intención y propósito. Y cuando empezamos a vernos a través de esos ojos, cuando realmente absorbemos la verdad de que somos admirables y maravillosos, nuestro mundo cambia.

Este camino hacia el amor propio es un viaje; uno que nos llevará a través de altibajos. Pero cada paso es una oportunidad para profundizar en la comprensión de nuestra propia valía y belleza. Así que, recuerda: no importa lo que enfrentes hoy, eres una obra maestra, creada por las manos del mismo Dios que pintó los cielos con estrellas. Camina con la cabeza en alto, sabiendo que eres una creación maravillosa de un Dios que no comete errores. ¡Eres una obra maestra del amor divino!

Oración: Querido Dios, ayúdame a comprender cuán especial y valioso. a tus ojos.