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Maestro Jesús

Ustedes me llaman «Maestro» y «Señor» y tienen razón, porque es lo que soy.

Juan 13:13.

-¡El Maestro está llegando! -informa el niño, a los gritos, a las personas, mientras baja rápido del árbol.

Una multitud espera a Jesús. Hay entusiasmo en la mirada de las personas. El pueblo se amontona, buscando los mejores lugares para hablar con Jesús. En aquella época, en la zona de Jerusalén, muchas personas iban de ciudad en ciudad, como maestros que enseñaban y médicos que aseguraban obrar milagros.

Pero Jesús era el Maestro verdadero, genuino, capaz de juntar tanta gente, porque él no solo curaba el cuerpo, sino que traía paz a la mente. Solo el Maestro real podía traer al pueblo ese sentimiento celestial de paz y esperanza, después de un día de reflexiones y lectura bíblica, de milagros y alabanzas.

Nosotros también, niños y adultos, podemos buscar cada día a ese Maestro genuino que nos completa. ¿Lo harás?

Mi oración: Señor, te agradezco por la verdadera paz que le regalas a mi familia.

¿Qué le escribirías a Jesús? Escribe una carta. Después guárdala en tu Biblia.

Genuino: Original; algo que no es falsificado, sino verdadero y real.