Categories

Archivos

Mosquitos y camellos

¡Ustedes, guías ciegos, cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!

Mateo 23: 24

Todavía conservo en mi biblioteca el primer error que cometí cuando comencé a trabajar como editor.

Había una sección cuyo texto era muy extenso para el espacio asignado, así que el diseñador colocó un aviso en mayúsculas que decía: «TEXTO MUY LARGO, FAVOR CORTAR». Así que empecé a resumir y eliminar hasta que el texto tuvo la extensión requerida. Al finalizar, le di «visto bueno» al folleto y esperé unos meses hasta que llegara el material impreso.

Cuando lo tuve en mis manos noté con horror cómo, en aquella página, había olvidado quitar el aviso del diseñador. ¡No podía creerlo! Me había asegurado de que no hubiera faltas ortográficas, ni errores de diseño, había cuidado hasta el más mínimo detalle, pero había dejado escapar aquellas letras en mayúscula.

La desventaja de los editores es que nuestros errores quedan impresos para que todos los puedan ver. Así que quizás haya en tu casa un folleto donde se puede leer en grande: «TEXTO MUY LARGO, FAVOR CORTAR».

Mi experiencia con aquel texto se parece mucho a la descripción que Jesús hizo de los dirigentes religiosos de su tiempo: eran expertos señalando los más mínimos errores, pero dejaban escapar lo más obvio. Jesús dijo que ellos «separan para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacen caso de las enseñanzas más importantes de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad» (Mateo 23:23), esto equivale a «colar el mosquito y tragarse el camello» (Mateo 23: 24). Es como fijarse en la paja que tiene tu prójimo en el ojo, y no darte cuenta del tronco que tienes incrustado en el tuyo (ver Mateo 7: 3-5).

Lo interesante de este pasaje es que Jesús no condena que apartemos para Dios la décima parte de la menta, el anís y el comino. Tampoco dice que es malo tratar de ayudar al prójimo a sacar la paja que tiene en el ojo. El problema viene cuando me concentro en los detalles pequeños y olvido «las enseñanzas más importantes de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad». Solo cuando haya prestado atención a la misericordia estaré en condiciones de ayudar a mi prójimo. Hoy es un buen día para que Jesús nos ayude a recordar qué es lo más importante y hacerlo «sin dejar de hacer lo otro» (Mateo 23: 23).