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El efeto doppler

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

Hebreos 13:8

Si alguna vez te has encontrado en una intersección bulliciosa, habrás notado como el sonido de una bocina varía dependiendo de si el vehículo que la emite se acerca o se aleja de ti. Este fenómeno se conoce como el efecto Doppler, que es simplemente el cambio en la frecuencia aparente de una onda causado por el movimiento relativo entre la fuente y el observador.

Este efecto tiene aplicaciones prácticas, como en el funcionamiento de algunos radares, y también se utiliza en astronomía para medir la velocidad a la que las estrellas y galaxias se alejan o se acercan a la Tierra.

Ahora bien, ¿te sorprendería saber que en el ámbito espiritual también existe un fenómeno parecido al efecto Doppler? Aunque la Biblia declara que «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Hebreos 13: 8), nuestra percepción de Cristo, de su poder y de su amor dependerá de si nos acercamos o alejamos de él.

En tiempos de Isaías, los israelitas sentían que Dios no los escuchaba y que su poder no tenía ningún efecto en sus vidas. ¿Los había abandonado el Señor? No, era el pueblo el que se había alejado de Dios (ver Isaías 1: 4). Su percepción daba evidencias no tanto lo que había pasado con Dios, sino de lo que pasaba con ellos. Isaías declara: «La mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar» (Isaías 59: 1-2, NVI).

Al igual que el efecto Doppler se emplea en astronomía para determinar si una galaxia se acerca o se aleja, así como para calcular la velocidad de dicho movimiento, mi percepción de Dios, su poder y su amor puede indicarme si me estoy acercando al Creador o alejándome de él, así como la velocidad a la que esto ocurre. No obstante, cabe destacar que, sin importar la dirección que tomemos, Dios nunca se aparta de nosotros.

Él permanece en el mismo lugar, llamándonos y esperándonos. Pablo escribió que «si no somos fieles, él sigue siendo fiel, porque no puede negarse a sí mismo» (2 Timoteo 2:13). ¿¿Te estás acercando o alejando de Dios? Hoy detente, escucha con atención y sabrás la respuesta.