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Alistándonos para el encuentro semanal con Dios

En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en sábado, que acarreaban manojos de trigo y cargaban los asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, para traerlo a Jerusalén en sábado; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones.

Nehemías 13: 15

Horas antes de ocultarse el sol, la casa estaba limpia, la ropa lista, la televisión y la radio no se prendía ni siquiera las noticias y debíamos bañarnos temprano para disponernos a recibir el sábado alrededor de la mesa redonda de madera en mi casa. Es así como recuerdo mi niñez.

¿Qué hace especial al sábado? Siempre he pensado que la Deidad bien pudo terminar la obra de la creación el viernes en la tarde y culminar la semana de seis días. Entonces el amanecer, el siguiente día, sería el primero de la semana, es decir, el domingo. Sin embargo, el sábado fue hecho con un propósito más elevado de lo que nuestra mente finita puede comprender. Fue creado para nuestro beneficio, fue bendecido, fue santificado y la Deidad misma puso el ejemplo al reposarlo.

Judá y Jerusalén ya eran dos reinos divididos, pero ambos tenían el amplio conocimiento de las leyes de Dios; sin embargo, al parecer las habían olvidado y en el día de reposo hacían sus actividades como en cualquier otro día, tal como lo describe Nehemías.

En algunos hogares donde se profesa la observancia del día sábado, aún se siguen practicando actividades que entran en la categoría de «nuestra voluntad» como lo plantea el profeta Isaías (Isaías 58: 13). Comprar, ver televisión, o ir a un partido deportivo en sábado, entre otros, no parecen representar mayor problema para algunos guardadores del sábado.

Querida amiga, nuestro Creador anhela que hagamos del sábado una verdadera fiesta espiritual y que vayamos a él con un corazón preparado. Como mujeres, solemos llevar la batuta en cuanto a preparativos y es una bendición como también una responsabilidad sobre nuestros hombros.

Ya sea que estemos desempeñando el papel de hijas, abuelas o madres en el hogar, hagamos lo mejor para contribuir a que tu casa y los que la habitan, estén listos para el encuentro con el Creador. Si ya detectaste, como Nehemías, las cosas que se han convertido en «tu voluntad en día sábado», pide al Señor del sábado que te ayude poner reglas para ser una fiel guardadora del día de reposo.